La Pascua trae lo más lindo (y lo más feo) de la gastronomía finlandesa

Foto: Kristiina Hemminki/Fazer

Comparten su color marrón y los finlandeses los consideran los dos manjares por excelencia de la Semana Santa. En el caso del mämmi, su existencia abarca cientos de años de historia, mientras que la de los huevos Mignon se remonta tan solo a un siglo y cuarto.

Desde que en 1896 el confitero finlandés Fazer comenzara a fabricar los huevos Mignon, quedó claro que era imposible no enamorarse de ellos. Aunque mucha gente se refiera sencillamente a ellos como “huevos de chocolate”, técnicamente su relleno no lo es, sino que se trata de nougat, una suave mezcla de cacao, almendras y avellanas que no lleva leche. En el caso del mämmi —una sustancia que recuerda al pudín y se confecciona con malta y harina de centeno— nos hallamos ante un alimento del que no resulta fácil enamorarse, especialmente si uno no es finlandés.

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