Lejos de casa, vuelos cancelados, fronteras a punto de cerrar y el coronavirus acercándose

Cuando la pandemia del coronavirus empezó a propagarse y las fronteras a cerrar, muchos se encontraban en el extranjero sin certidumbre de su vuelo de regreso, tal como unos cientos de finlandeses en Centroamérica.

Muchos viajeros enfrentaban una situación preocupante cuando la pandemia del coronavirus se estaba propagando por el mundo. De repente las fronteras comenzaron a ser cerradas también en Centroamérica, se cancelaron vuelos e implementaron todo tipo de restricciones en los destinos turísticos, desde recomendaciones de quedarse en casa hasta toques de queda y confinamientos estrictos cuyo cumplimiento fue vigilado por policía armada. Además, la lengua y la cultura poco familiares no facilitaron la situación.

No es fácil estar solo lejos de casa en tal situación. Sin embargo, el sistema del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia para registrar la estancia en el extranjero, le permitió a la embajada estar en contacto con los finlandeses en la región, mantenerlos informados y apoyarlos en situación de contingencia.

El equipo consular de nuestra embajada, el cual consta de una sola persona en tiempos normales, se encarga de los asuntos consulares de siete países (México, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua). Cuando la pandemia del coronavirus entró en nuestra área, nuestro equipo comenzó una jornada laboral de varias semanas para asistir a los ciudadanos finlandeses y coordinar vuelos de repatriación.

Las fronteras de México no se cerraron completamente y todavía hay vuelos comerciales para poder regresar a casa. Sin embargo, nuestros paisanos necesitaban asistencia, por tanto, nuestro equipo respondía a cientos de solicitudes de información, aclarando dudas y enviando actualizaciones a todos los que habían registrado su estancia en el sistema del ministerio, siempre cuando la situación cambiaba.

Las circunstancias eran mucho más difíciles en los países centroamericanos que atendemos. Las fronteras se cerraron rápido así como los vuelos internacionales. Afortunadamente, la cooperación entre los países de la Unión Europea funcionó muy bien y nuestro equipo consiguió coordinar vuelos compartidos de evacuación de la Unión Europea para unas docenas de finlandeses varados en diferentes países.

La salida del área no siempre fue fácil. Estuvimos en suspenso para ver si los finlandeses evacuados tendrían tiempo para hacer las maletas y correr al aeropuerto con poco tiempo de advertencia, para aprovechar un lugar liberado en el último momento. También, escuchamos historias emocionantes sobre cruces de fronteras, que requerían creatividad y temple. Afortunadamente, no supimos de nada trágico.

La embajada ha estado informando sobre la situación en el área durante toda la pandemia, compartiendo instrucciones y órdenes de las autoridades tanto finlandesas como locales, y comunicando sobre el desarrollo de la situación. Esta tarea sigue todavía y seguirá tanto tiempo como sea necesario.